sábado, 17 de octubre de 2009

Mira mamá! Sin manos!


Ana quería volar, y con sus seis años en la punta de los dedos despegó desde el tercer piso de su finca un sábado por la mañana. Cuando tuvo el asfalto a un par de metros de la nariz extendió los brazos al comprender que la carretera la engulliría. El impacto se los destrozó.

La niña lloró cuatro días y muchas noches. La herida le ardía en los muñones, pero la decepción le dolía en los ojos. Y la mirada de la gente le oprimía el pecho, los niños podían llegar a ser muy crueles, y las personas buenas, peores. A partir de la catástrofe,  su ser se volvió de porcelana, y lo único que podían relamer sus ojos era la fachada de enfrente; una relojería vieja  y el portal del chico que tocaba el piano. Ana sabía que no podría volver a hundir las manos bajo el agua tibia del arroyuelo del jardín de atrás , no volvería a revolver el pelo de Garfio , ni pasearía  por el parque colgada del brazo de su padre. Se sentía como una lombriz de tierra, solo le faltaba retorcerse. Pero a ella, a ella aun le quedaban dos extremidades.


Hoy por hoy Ana abraza el cielo y agarra el aire por el cuello. Ana María Arenas Sandoval es piloto. Cuando vuela a lomos de “La Zorra” no puede contener un alarido de libertad. Y ella grita, grita al mundo entero:

-Mira mamá! Sin manos! 




Una vez le pregunté a mi Ann que como lo consiguió, y ella me dijo con una mirada maliciosa:
–Ay cariño, el cielo empieza donde acaba el suelo.

1 comentario:

  1. Ves como tus hermanos son mas útiles de lo que vas pregonando? XDDD

    pronto sere yo quien vaya haciendo fotos x ahi... bueno, pronto tampoco, pero en cuanto la camara caiga en mis manos... temed XD

    en fin xiqueta, ya sabes lo que opino tanto d las fotos como de la historia... un halito de esperanza a todos los tullidos ^^ XD

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