sábado, 18 de diciembre de 2010

Porque me gusta 

hacer el amor con  música

y hacer música para el amor.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Me dijeron que escribiese sólo si tenía algo que decirle al mundo.

Y aquí lo dejamos,
aquí dimitimos
una vez más.

Vamos, una vez más...
"Me dijeron que escribiese sólo si tenía algo que decirle al mundo."

Y yo pensé
en hablarle
de lo trascendental
pensé en susurrarle
maravillosamente
con caramelo
y con nubes
y con chocolate
de dónde viene
a dónde va.
por qué lo hace

Pensé en contarle cosas
sobre mis peces astronautas
la chica pájaro
y sobre ése frío que te muerde
la risa y te la pone
de punta.
sobre la lluvia
y mis demás
yo.

Pensé en hablarle de ti.

Quise manifesatrme
y pedir cuentas
sobre tormentas
atroces y
encantadoras, muerte
no, vida con muerte
y finales
que nunca llegan
o llegan
demasado pronto.

Quise pedirte que no
tuvieses en cuenta
mis versos al
tuntún
sin orden
ni gloria
Y no supe si lo harías.

Y al final
tan sólo
solamente
sólo
escribiré
al mundo:


-Hola, ¿qué tal?

jueves, 19 de agosto de 2010

Cuando éramos esquimales en Laponia. Y la nariz roja de querer respirar los abrazos fríos.

martes, 3 de agosto de 2010

   El deseo es vida y se estaba ahogando. Su prisión era de agua plomiza, de la que da abrazos de correa, la envoltura era cómoda. Ahora ya no. Hay salvoconductos.
   Pero cualquiera se arriesga a que en lugar de una salida salga una lagrima y luego duela la aventura. A ver quien se arriesga, eh.


Cobarde.

jueves, 10 de junio de 2010

Porexpán


Se hizo una sábana fina con las sobras de llanto de la cena y se desayunó a sorbitos para no perder el equilibrio. Volvió a dormir con la luz encendida y buscaba constelaciones con los ojos cerrados. Aullemos pues, parecían decir.Y las constelaciones no eran de estrellas, eran huecos en el estómago. La chica inundación se había quedado sin corazones de porexpan.

Abrió los ojos y se tapó la boca con las manos. No había sido el hambre. Aquella cosa en el estomago a lo largo de la noche no había sido el hambre. Ni el llanto la cena. Había sido ausencia.

Hijo de puta.

lunes, 8 de febrero de 2010

Acabada la guerra

                           fou allò la postguerra.




S'apagaren els riures estellats en els llavis.
I sobre els ulls caigueren teranyines de dol.
S'anunciaven els pits, punyents, sota les teles.
Un bult d'amor creixia, tenaç, a l'entrecuix.
Eren temps de postguerra. S'imposava l'amor;
brutalment s'imposava sobre fam i cauteles.
I fou un amor trist, l'amor brut, esgarrat.
Un sentiment, no obstant, redimí la vilesa
que vàrem perpetrar, innocents i cruels,
plens ja de cap a peus d'obscenitat i fang.
Res, ja, tenia objecte. La guerra, la postguerra...
¿I qui sap, al remat? Sols ens calia viure.
I després de palpar-nos feroçment, brutalment,                                                
arribàvem a cas i dúiem les mans buides,
i encara ens mirem ara les mans buides a voltes,
i ara sentim l'espant que llavors no sentíem
i plorem per aquella puresa que no fou,
per aquella puresa que mai no hem pogut viure,
que no hem pogut tastar en cap de banda, mai.                             -Estellés.

sábado, 9 de enero de 2010

Como el jodido fin del mundo ¿sabes?

 Cada vez que le arrancaban del mundo, no había calabozo que le vieniera bien. Se retrocede con seguridad, pero se avanza a tientas. Uno adelanta las manos torpemente como un ciego, ciego imprudente por añadidura. Pero lo absurdo es que no se es ciego.


-Era así como una de esas chicas que paseaban corazones como quien colecciona sonrisas. Porque me miran como si quisiera que les llevara conmigo hasta el fin del mundo. Pero me da por perderme en el camino, por distraerme. Podría escoger a cualquiera, pero nunca lo hago.


Y ahora, como demorados sonetos de falsas sílabas, te siento, te pienso, te huelo. Con el corazón, con los huesos, con los ojos, con la yema de los dedos. Con las ganas, a sorbitos, con miedo, sin pedir nada a cambio, a muerte, con los ojos cerrados, o también abiertos, con dudas, sin temores, hasta el final, dos días, para siempre jamás, dos segundos.Contradictoriamente. A revolvones, a empujones, o como un caramelo. Me juego el tipo mirándote a los ojos, porque se me deven de oler las ganas de saborearte, de hacerte alguna caricia furtiva en medio de ninguna parte. Y es que me regodeo en cada centímetro, en cada curva de tu piel, que ya me sé de memoria, en mis manos cuando huelen a las tuyas, y en  miradas furtivas que se escapan por el rabillo del ojo, o que huyen incluso de las comisuras de los labios. En sonrisas torcidas, completas, e incluso rotas. Y mira que me gusta tu aliento,  más si es entrecortado, y tu piel desnuda contra la mía. Entonces parece que seas como...

Como el jodido fin del mundo ¿sabes?