martes, 15 de marzo de 2011

La insoportable levedad del ser.

- Entonces, ¿qué hemos de elegir? ¿el peso o o levedad?

-...y se daba cuenta de que no sabía si se trataba de histeria o de amor.

-Las metáforas son peligrosas. Con las metáforas no se juega. El amor puede surgir de una metáfora.

-Casi flotaba. Se hallaba en el campo mágico de Parménides: disfrutaba de la dulce levedad del ser.

-A diferencia de Parménides, para Beethoven el peso era evidentemente algo positivo. Es muss sein.

-Tomás nació de la frase einimal ist keinmal. Teresa nació de una barriga que hacía ruido.

-¿Qué es el vértigo? ¿El miedo a la caída? El vértigo significa que la profundidad que se abre ante nosotros nos atrae, nos seduce, despierta en nosotros el irresistible deseo de caer.


jueves, 10 de marzo de 2011

El caballero del jubón amarillo. (Pérez-Reverte)

-...probando así que no hay locura a la que el hombre no llegue, abismo al que no se asome, y lance que el diablo no aproveche cuando hay mujer hermosa de por medio.

-Y qué más da, pensó el capitán. Vida o no vida. Amor mío o de otros. Mi locura o mi cordura. Mi, tu, su corazón. Esa noche estaba vivo. Al menos en un mundo donde nadie regalaba nada; donde todo se pagaba antes, durante o después.

-Era bellísima. Y era francesa.

-Por eso cuando alguien me pregunta qué respeto de esta infortunada y triste España, siempre repito lo que le dije a aquel oficial francés en Rocroi. Pardiez, contad los muertos.

-Sonó sincero. Sonó a mentira. Sonó a cualquier cosa probable o improbable, posible o imposible; y lo cierto es que me daba igual cómo sonara. Ella estaba cerca. Mucho.

-No aprecio más rey que el de la baraja, ni conozco a otro Dios fuera del que uso para blasfemar. (Malatesta)

-Y al cabo, más ahora pelo de alcatara que soga de esparto... ¡Puttana Eva!


A ensañarnos morir vamos en el sueño.




"huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,                      
olvidar el provecho, amar el daño:

  creer que el cielo en un infierno cabe;
dar la vida y el alma a un desengaño,
¡esto es amor! quien lo probó lo sabe."       Lope de Vega.

martes, 1 de marzo de 2011

¿Por qué te llenas siempre de nubes y de pájaros?


Me pone siempre la zancadilla porque dice que vivo alucinada y que eso es lo único que conseguiré de la vida. Que si sigo llenándome la cabeza de nubes y la tripa de pájaros no dejaré de darme de morros en la acera. Qué quieres que te diga, me gusta centri-fugarme, me distraen las ideas absurdas, los imposibles. Me dice que no puedo seguir disolviéndome, que ya soy suficiente poca cosa. Que no, que no, no, no, no subas al tejado porque un día te romperás la crisma, que un día te quedarás allí arriba y te diluirás. ¿Qué pasa cuando te haces castillos en el aire? ¿Qué pasa cuando encima te quedas allí y cada vez se te hace más difícil volver? Que te pierdes. Que te estampas. Patética, me dice. Tonta, triste, idiota, inútil, anonadada. Patética, patética. De las peores chicas-inundación que he conocido.
Entonces me sonríe y sigue poniéndome la zancadilla, y te digo que a mí ya me cruje la rodilla para toda la vida, joder. ¿Pero sabes qué? Yo no sé ser de otra manera, no me entra ni en el sombrero, lo mío va a ser que no es el hedonismo. El otro día fue peor, no me di cuenta, como siempre. No fue en la rodilla, fue en la cabeza y no fue un chichón de martes, no. Pero ¿sabes qué te digo? Que pienso seguir estrellándome hasta que no me quede un centímetro de piel sin morados, un pedazo de frente por coser.