miércoles, 28 de diciembre de 2011

Rayuela

Pero el higiénico retroceso de un Descartes se nos aparece hoy como parcial y hasta insignificante, porque en este mismo minuto hay un señor Wilcox, de Cleveland, que con electrodos y otros artefactos está probando la equivalencia del pensamiento y de un circuito electromagnético (cosas que a su vez cree conocer muy bien porque conoce muy bien el lenguaje que las define, etc.). Por si fuera poco, un sueco acaba de lanzar una teoría muy vistosa sobre la química cerebral. Pensar es el resultado de la interacción de unos ácidos de cuyo nombre no quiero acordarme. Acido, ergo sum. Te echás una gota en las meninges y a lo mejor Oppenheimer o el doctor Petiot, asesino eminente. Ya ves cómo el cogito, la Operación Humana por excelencia, se sitúa hoy en una región bastante vaga, entre electromagnética y química, y probablemente no se diferencia tanto como pensábamos de cosas tales como una aurora boreal o una foto con rayos infrarrojos. Ahí va tu cogito, eslabón del vertiginoso flujo de fuerzas cuyos peldaños en 1950 se llaman inter alia impulsos eléctricos, moléculas, átomos, neutrones, protones, potirones, microlxitones, isótopos radiactivos, pizcas de cinabrio, rayos cósmicos: Words, words, words. Hamlet, acto segundo, creo. Sin contar —agregó Oliveira suspirando— que a lo mejor es al revés, y resulta que la aurora boreal es un fenómeno espiritual, y entonces sí que estamos como queremos...
—Con semejante nihilismo, harakiri —dijo Etienne.


Julio Cortázar

martes, 13 de diciembre de 2011

Los renglones torcidos de Dios.

-¡Ah, qué terrible es el sino de los pobres locos, esos "renglones torcidos", esos yerros, esas faltas de ortografía del Creador, como los llamaba el "Autor de la Teoría de los Nueve Universos", ignorante de que él era unos de los más torcidos de la caligrafía divina.

-Eres adorable, Alicia, hasta para hacerme sufrir.

(Torcuato de Luca)

Solaris

-Cosa rara ¿no? Un hombre que simultáneamente se avergüenza del objeto de su codicia y lo adora más que a nada en el mundo.

-Sí, peores, y me alegro de que me creas. Hay cosas que ocurren y que son horribles. Pero lo más horrible es... lo que no ha ocurrido, lo que nunca existió.

(Stanislav Lem)

sábado, 4 de junio de 2011


¿No sabes que el Diablo no existe, y que es sólo Dios cuando está borracho?

martes, 15 de marzo de 2011

La insoportable levedad del ser.

- Entonces, ¿qué hemos de elegir? ¿el peso o o levedad?

-...y se daba cuenta de que no sabía si se trataba de histeria o de amor.

-Las metáforas son peligrosas. Con las metáforas no se juega. El amor puede surgir de una metáfora.

-Casi flotaba. Se hallaba en el campo mágico de Parménides: disfrutaba de la dulce levedad del ser.

-A diferencia de Parménides, para Beethoven el peso era evidentemente algo positivo. Es muss sein.

-Tomás nació de la frase einimal ist keinmal. Teresa nació de una barriga que hacía ruido.

-¿Qué es el vértigo? ¿El miedo a la caída? El vértigo significa que la profundidad que se abre ante nosotros nos atrae, nos seduce, despierta en nosotros el irresistible deseo de caer.


jueves, 10 de marzo de 2011

El caballero del jubón amarillo. (Pérez-Reverte)

-...probando así que no hay locura a la que el hombre no llegue, abismo al que no se asome, y lance que el diablo no aproveche cuando hay mujer hermosa de por medio.

-Y qué más da, pensó el capitán. Vida o no vida. Amor mío o de otros. Mi locura o mi cordura. Mi, tu, su corazón. Esa noche estaba vivo. Al menos en un mundo donde nadie regalaba nada; donde todo se pagaba antes, durante o después.

-Era bellísima. Y era francesa.

-Por eso cuando alguien me pregunta qué respeto de esta infortunada y triste España, siempre repito lo que le dije a aquel oficial francés en Rocroi. Pardiez, contad los muertos.

-Sonó sincero. Sonó a mentira. Sonó a cualquier cosa probable o improbable, posible o imposible; y lo cierto es que me daba igual cómo sonara. Ella estaba cerca. Mucho.

-No aprecio más rey que el de la baraja, ni conozco a otro Dios fuera del que uso para blasfemar. (Malatesta)

-Y al cabo, más ahora pelo de alcatara que soga de esparto... ¡Puttana Eva!


A ensañarnos morir vamos en el sueño.




"huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,                      
olvidar el provecho, amar el daño:

  creer que el cielo en un infierno cabe;
dar la vida y el alma a un desengaño,
¡esto es amor! quien lo probó lo sabe."       Lope de Vega.

martes, 1 de marzo de 2011

¿Por qué te llenas siempre de nubes y de pájaros?


Me pone siempre la zancadilla porque dice que vivo alucinada y que eso es lo único que conseguiré de la vida. Que si sigo llenándome la cabeza de nubes y la tripa de pájaros no dejaré de darme de morros en la acera. Qué quieres que te diga, me gusta centri-fugarme, me distraen las ideas absurdas, los imposibles. Me dice que no puedo seguir disolviéndome, que ya soy suficiente poca cosa. Que no, que no, no, no, no subas al tejado porque un día te romperás la crisma, que un día te quedarás allí arriba y te diluirás. ¿Qué pasa cuando te haces castillos en el aire? ¿Qué pasa cuando encima te quedas allí y cada vez se te hace más difícil volver? Que te pierdes. Que te estampas. Patética, me dice. Tonta, triste, idiota, inútil, anonadada. Patética, patética. De las peores chicas-inundación que he conocido.
Entonces me sonríe y sigue poniéndome la zancadilla, y te digo que a mí ya me cruje la rodilla para toda la vida, joder. ¿Pero sabes qué? Yo no sé ser de otra manera, no me entra ni en el sombrero, lo mío va a ser que no es el hedonismo. El otro día fue peor, no me di cuenta, como siempre. No fue en la rodilla, fue en la cabeza y no fue un chichón de martes, no. Pero ¿sabes qué te digo? Que pienso seguir estrellándome hasta que no me quede un centímetro de piel sin morados, un pedazo de frente por coser.

martes, 22 de febrero de 2011

Y enconces te juro que me muero de hambre.




 Para mí un buen literato tenía que pasar hambre. No sólo hambre de esa de rugidos y vacíos en el estómago, que también. Si no Hambre, el nombre propio. Para mí la poesía tenía que tener el alma hambrienta, hambrienta de todo, sin llegar a saciarse nunca. Tenía que tener las ganas llenas de cosas que no existen, de mentiras, de verdades, de música y de puestas de sol. Y tenía que estrellarse y vivir alucinado en una ignorancia cándida. Y al mismo tiempo ser un animal cínico y cruel, crudo y despiadado: real. Reinventar, mentir para decir la verdad. Caminar por la cuerda floja, a eso quería llegar. Locura gratuita. Para inventarlo todo, las posibilidades son infinitas. Ver las cosas y rozarlas con los dedos, para sentir su tacto, su textura, sin poder asirlo jamás, para la próxima vez acariciarlas con más fuerza, con ese ansia devoradora, esa pasión de carroña, impura, con rabia.

Yo me despierto a medio amanecer, junto a ella, la Yo que veo desde fuera antes de sacudirme las legañas de encima. Cuando el sol aún lánguido y perezoso a penas se cuela por las rejillas de las lamas y dibujan en su piel lunares de bronce. Pero "ella" nunca llega a despertar del todo y yo tengo que guiarla a empujones. Y entonces te juro que me muero de Hambre.

domingo, 23 de enero de 2011

Where is my mind?





 La Bella Durmiente despertó con el beso de un hombre de ciencia
y expiró con el fatal pinchazo de su jeringuilla.
Hicieron que Alicia bebiera algo de una botella
que la devolvió a un tamaño dónde no podía seguir gritando
"¡más curioso, más curioso!"
y rompieron el Espejo de un martillazo
y acabaron con el Rey Rojo
y la Ostra.