jueves, 10 de marzo de 2011

El caballero del jubón amarillo. (Pérez-Reverte)

-...probando así que no hay locura a la que el hombre no llegue, abismo al que no se asome, y lance que el diablo no aproveche cuando hay mujer hermosa de por medio.

-Y qué más da, pensó el capitán. Vida o no vida. Amor mío o de otros. Mi locura o mi cordura. Mi, tu, su corazón. Esa noche estaba vivo. Al menos en un mundo donde nadie regalaba nada; donde todo se pagaba antes, durante o después.

-Era bellísima. Y era francesa.

-Por eso cuando alguien me pregunta qué respeto de esta infortunada y triste España, siempre repito lo que le dije a aquel oficial francés en Rocroi. Pardiez, contad los muertos.

-Sonó sincero. Sonó a mentira. Sonó a cualquier cosa probable o improbable, posible o imposible; y lo cierto es que me daba igual cómo sonara. Ella estaba cerca. Mucho.

-No aprecio más rey que el de la baraja, ni conozco a otro Dios fuera del que uso para blasfemar. (Malatesta)

-Y al cabo, más ahora pelo de alcatara que soga de esparto... ¡Puttana Eva!


A ensañarnos morir vamos en el sueño.




"huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,                      
olvidar el provecho, amar el daño:

  creer que el cielo en un infierno cabe;
dar la vida y el alma a un desengaño,
¡esto es amor! quien lo probó lo sabe."       Lope de Vega.

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